Darwin Fornés Báez, creador y promotor del proyecto Chamakovich, nos explica -en conversación electrónica- en qué consiste. Transcribo sus palabras, y le agradezco la gentileza de contestar a mis preguntas.
CHAMAKOVICH consistió en imprimir y comercializar bolsas de lienzo y pullovers con impresiones serigráficas de personajes de animados Rusos (también polacos y húngaros).
La idea surge porque al abrirme hace unos tres meses mi cuenta de Facebook comencé a recibir esporádicamente algunos fotogramas de muñequitos rusos y fotos de objetos del universo infantil cubano de antaño (tentempié, libretas de la primaria). Esas imágenes me gustaban mucho y me traían miles de recuerdos, y al parecer, (a juzgar por los LIKE y por los comentarios) a muchos otros cubanos de varias generaciones les gustaba tanto como a mí. Casualmente por esa fecha el Taller de Serigrafía prepara su stand en el Pabellón Cuba en el marco de ArteRampa y creí que CHAMAKOVICH podría funcionar para un público que había crecido en las décadas del 60, 70, y 80 y que tenían un vínculo afectivo con esas imágenes.
Luego vino la investigación: visita a diferentes blogs, descubrir que los japoneses eran fans de Cheburaska, descubrir que “Huevos sorpresa” tenían toda una línea dedicada a los muñes rusos, leer el dossier de la revista “La Gaceta” [Nostalgia de Misha] dedicado a la huella soviética, recopilar muñequitos, etc… Y claro, finalmente hice una la selección definitiva de los que me parecían más populares, preparé los diseños, y creé un nombre para el proyecto con la ayuda de Yenela [Miranda, que fue la curadora de la expo “La bota rusa“, que hemos comentado en este mismo sitio web].
Durante el proceso de realización la mayoría de los personajes fueron reinterpretados para adaptar sus poses a los soportes textiles y en el caso de Cheburaska que era tridimensional hice una ilustración que fuera viable para la serigrafía. Esta fue una parte interesante para mí, porque estaba repasando ya de adulto las líneas y las formas de personajes que habían tenido que ver mucho con mi niñez. También me interesó conservar la tipografía tal cual se usaba en la transmisión televisiva (con los caracteres del idioma de origen, y una especie de subtítulo traducido) porque para mí son también parte de lo que recuerdo.
El proyecto se lanzó el viernes 19 de julio en el Salón de Mayo, y además de comenzar la venta hicimos una proyección de aproximadamente una hora de muñes de antaño. El público está muy entusiasmado con CHAMAKOVICH al punto de que ese mismo día algunos de los diseños y de las tallas se agotaron y ahora el taller quiere reimprimirlos.